EFE.- Cuarta derrota consecutiva del Albacete después de la que le propinó el Villarreal esta tarde en un encuentro que nunca dominó y en el que no tuvo ocasiones para empatar o ponerse por delante en el marcador en ningún momento.

A pesar de las bajas, el Villarreal B no echó en falta a nadie y manejó a su antojo el partido, el rival y sobre todo el balón, llevándolo siempre en sus botas y desquiciando a un Albacete que no pudo, ni supo, cambiar las cosas a pesar de contar con muchas novedades en su once inicial.

Los amarillos hacen suyo el balón

El equipo castellonense hizo suyo el esférico desde el primer minuto y el Alba sufrió para recuperarlo. Las rápidas transiciones desde el centro del campo hacia la velocidad de Bordás, que en un par de ocasiones logró superar la línea de la defensa manchega. Sólo con la posición, Keylor Navas pudo desbaratar las ocasiones.

La réplica albaceteña tardó en llegar y vino por la banda de Adriá. El zurdo se entendió a la perfección con Calle y su centro hacia Tato fue desbaratado por la defensa amarilla cuando el de Las Torres se disponía a tirar a puerta.

El dominio del filial comenzó a ser tan insultante que aparecieron los primeros silbidos de desaprobación en la grada. Los locales eran incapaces de llevar el balón más allá del centro del campo y ni siquiera las nuevas incorporaciones, Calle y Balboa, pudieron brillar pues el juego de ataque manchego no existió por ningún momento.

El Villarreal perdona al final del primer tiempo

Al filo del descanso, con la afición local muy enfadada, una contra de los villarrealenses pudo acabar en gol, pero Bordás buscó su pierna izquierda para rematar y al final el balón llegó tímidamente a las manos de Keylor Navas .

Visto que en la primera parte había sido imposible, el Villarreal recibió un regalo imposible de desaprovechar. De la Cuesta se escurrió en la frontal del área y si bien Gerard Bordás vio rechazado su disparo por Navas, no consintió Falqué que ocurriera lo mismo y puso una vaselina inapelable que entró en la portería manchega.

Tímida reacción local y sentencia visitante

Con los cambios, pareció que el Alba se decidía a llegar un poco hasta Mariño, pero fue sólo un espejismo porque salvo un disparo lejano de Antonio López, Mariño no tuvo trabajo.

Es más, con un Albacete volcado llegó una nueva contra bien llevada por Bordás, el mejor del partido que, viendo la entrada de Airam en el segundo palo, puso un balón de oro para el recién ingresado en el campo. No lo desaprovechó y puso la puntilla al partido.