El Albacete de Alberto González necesita 'resetearse' ante el Huesca
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- Escrito por Silvestre/Infografía: Quesomecanico.com
El Carlos Belmonte vivirá este sábado un encuentro definitivo, crucial, el más importante de la temporada, como lo serán los otro cuatro que todavía quedan por disputarse en el feudo blanco de aquí hasta el mes de junio, o los otros cinco que vivirá como visitante.
Se trata este de un partido que puede dictar sentencia. Una derrota puede acarrear un problema de difícil arreglo. Algo impensable a principios de una temporada que comenzaba con los ecos del play-off de ascenso a Primera División aún en el ambiente, y con una euforia desmedida en una afición que batió el récord de abonados del club en la categoría de plata.
Aunque aún restan posibilidades, el Albacete pone mañana en juego sobre el césped nada más y nada menos que su permanencia en Segunda; una división que pasó de ser la mayor aspiración histórica del club durante sus primeras cinco décadas de vida, a convertirse en el “mínimo exigido” desde que se probó por primera vez el fútbol de las estrellas allá por la década de los 90 del siglo pasado. Ahora, las tornas han cambiado y en los últimos años, salvo las brillantes excepciones vividas de la mano de Luis Miguel Ramis y Rubén Albés en sus respectivas primeras temporadas con los blancos, la permanencia en el segundo escalafón del balompié patrio vuelve a ser el Santo Grial de este equipo y de su sufrida afición.
Y es que no hay que perder la referencia; por mucho que durante dos décadas consecutivas el club blanco transitara sin casi dificultades por la dos primeras divisiones nacionales, su objetivo natural, por recursos propios y apoyos, tanto internos como externos, está más cerca del lugar en el que se encuentra ahora que del que se encaramó brillantemente la campaña pasada.
Conocedor de lo que había dentro, y sobre todo de lo que le faltaba, así lo intentó transmitir el bueno de Rubén Albés a toda la parroquia albaceteña desde el verano pasado: “la temporada anterior fue una excepción” solía repetir a quien quisiera escucharle, probablemente porque, y aunque él nunca se haya quejado en público haciendo gala de su elegancia y profesionalidad, era el primero en darse cuenta de que su plantilla había quedado profundamente debilitada y de que la planificación deportiva no había sido la adecuada este año. Quizás, a lo mejor lo sabremos alguna vez, por las injerencias de quiénes deberían de preocuparse exclusivamente de gestiones puramente empresariales, por muy atípicas que sean estas sociedades anónimas deportivas.
Lo que está muy claro es que en esto del futbol y en la búsqueda de culpables el dedo siempre apunta, tanto para señalar como para disparar, en una única dirección y la cuerda se rompe por el lado más débil, que es el del entrenador. Aún no he visto en más de cuarenta años siguiendo este deporte a ninguna directiva de ningún equipo del mundo que asuma como propios sus errores y al técnico vigués, que seguro que no es el responsable del desaguisado, le tocó el lunes la papeleta de ser destituido.
Su sustituto, Alberto González, llega con la ilusión del primerizo, ya que nunca entrenó ni jugó al fútbol en un equipo profesional, en la que para él es “la oportunidad que lleva esperando toda su vida” y ante la que según él se encuentra “totalmente preparado” tras más de veinte años “trabajando para ello”.
No tiene el malagueño mala prensa entre los que le han tenido a sus órdenes, que apuntan en su figura a un motivador que hace que los futbolistas salten al terreno de juego confiados en sus posibilidades de ganar y convencidos de poder hacerlo. Esperemos, por el bien de todos, que esa sea la clave que le falta a este Albacete y el nuevo entrenador blanco consiga acertar.
En los estrictamente deportivo, González avisó que en su presentación-rueda de prensa previa al encuentro, que no habrá ningún tipo de revolución ya que ni ha tenido tiempo, ni tampoco el equipo estaba siendo un desastre, sino que tenía muchísimas cosas buenas, y que se limitaría a tocar algunos matices concretos buscando sorprender al Huesca. Matices que, muy probablemente, irán encaminados a apuntalar esa línea defensiva del equipo que le ha llevado a encajar cuarenta y ocho goles en treinta y dos jornadas disputadas.
La baja confirmada del brasileño Kaiky Fernandes obligará también a cambios adicionales en una zaga que podría ver la vuelta, varias jornadas después, del camerunés Djetei a la misma. Riki y Lander Olaetxea estarían en el doble pivote, mientras que Agus Medina, si su maltrecho tobillo está en condiciones, acompañaría a Fuster y probablemente a Fidel en el centro del campo. Dejando la punta para un Higinio que ante el Racing de Ferrol evidenció ser el delantero más peligroso de este equipo.
Por lo que respecta al conjunto altoaragonés, su técnico Antonio Hidalgo que, como futbolista hace ya casi tres lustros, fue clave en la salvación del Albacete en aquella temporada 2009-2010 siendo el segundo máximo goleador del equipo tras Christian Stuani, ahora se ha convertido en el verdadero revulsivo de un Huesca que parecía hundido hasta su llegada.
El de Granollers, que curiosamente se enfrentaba esta misma campaña en Segunda RFEF al nuevo entrenador del Albacete cuando uno ocupaba el banquillo del Sevilla Atlético y el otro el del máximo rival Betis Deportivo (partido que por cierto finalizó con empate a un tanto), ha conseguido que los oscenses encarrilen una racha de nueve partidos consecutivos sin conocer la derrota en los que tan solo ha encajado un tanto y sean el segundo mejor equipo de la categoría, tras el Elche, en esas jornadas.
Hidalgo, aunque era delantero, ha afianzado la zaga azulgrana convirtiéndola en una muralla y recupera para la misma a un Miguel Loureiro que hará pareja con otro viejo conocido, Jorge Pulido.
El colegiado designado por el Comité Técnico de Árbitros para la dirección de este encuentro es el valenciano de 33 años Andrés Fuentes Molina que ha dirigido en seis ocasiones al Albacete Balompié en competición oficial.
Este colegiado siempre será recordado en Albacete por ser el trencilla encargado de dirigir el “riazorazo”; aquel inolvidable Deportivo 1 – Albacete 2 de la final del play-off de ascenso. Aparte Fuentes Molina dirigió en otras dos ocasiones más al Albacete en Primera RFEF en aquella campaña 2021-2022, con una victoria y un empate. Sin embargo, los últimos tres encuentros que ha arbitrado al Albacete Balompié se cuentan por derrotas, dos de ellas con polémica, ya que, en las dos últimas visitas del Albacete a Tenerife, decretó en cada partido sendos penaltis en contra de los blancos además de anular un clarísimo gol de Agus Medina ante la incredulidad de todo el mundo. El otro encuentro dirigido esta temporada a los manchegos fue el Tarrasa 1 – Albacete 0 de Copa del Rey. Siendo por tanto el balance final de: dos victorias, un empate y tres derrotas.
A los oscenses, por su parte, les ha dirigido en cuatro oportunidades: dos la pasada campaña y otras dos en esta, terminando todos los partidos curiosamente con el mismo resultado: 1-1.
El balear Víctor Jiménez Yustos y el valenciano Carlos Martínez Caballero serán los árbitros asistentes mientras que en la banda como cuarto estará el extremeño Antonio Sánchez Sánchez. Dos sevillanos, Luis Mario Milla Alvéndiz en el VAR e Iván Ríos Vargas en el AVAR ayudarán a Fuentes Molina en la toma de decisiones.
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