EL PAIS (Emilio Martínez).- El Albacete y el Tenerife, que salieron dispuestos a ganar un partido para acrecentar sus diferentes opciones clasificatorias, empataron por no saber aprovechar las ocasiones que crearon, sobre todo durante la primera parte.

Dos equipos a los que les gusta el buen trato del balón, inculcado por sus respectivos técnicos, Iñaki Sáez (por el Albacete) y Jupp Heynkes (por el Tenerife), salieron a ganar el encuentro e incluso a dar espectáculo en el Carlos Belmonte.La primera parte transcurrió divertida e interesante, pese a que ambas escuadras sabían que aunque perdieran no iban a bajar puestos en sus respectivas clasificaciones. Por ello es más de agradecer el sabroso menú futbolístico que depararon, incluyendo un carrusel de oportunidades de gol. Los locales arriesgaron más, siguiendo las composturas y señas de identidad de su ya ex técnico Benito Floro, pero con la agresividad e ilusión que les ha inyectado Sáez.

La segunda mitad, que acabó en tangana, comenzó sin embargo bajo el mismo signo y aunque ya se vio a los dos equipos más conservadores y casi de acuerdo en el reparto de puntos, por lo que las ocasiones gotearon mínimamente. El Tenerife durmió el encuentro a base de centrocuentismo y logró que el Albacete perdiera el ritmo, con lo que los blancos ya no se acercaron a visitar a Ojeda.

La tangana final entre Jokanovic y Chesa fue un mal colofón a un partido que sin ser brillante divirtió a los espectadores y consoló a los equipos.