La Copa del Rey es una de esas competiciones que no suelen venir bien a los clubes, especialmente a los de Segunda o de Primera si estás por la parte baja de la tabla. Normalmente suele dar más disgustos que alegrías. Si estás en Primera peleando por abajo, pues la Copa te importa tres pimientos, porque tu guerra es otra. Y por mucho que se empeñen, rara vez aparecen otros actores llegadas las semifinales, que los de toda la vida, porque encima si llegas por sorpresa igual luego te quitan el sitio en la Supercopa porque tienen que ir los que Rubi y Gery saben.

A los de Segunda, pues la Copa también les trae al pario. Sinceramente creo que el último equipo de Segunda que llegó a la final copera fue el Castilla de la quinta del Buitre, que jugó con su hermano mayor y ahí acabó su bonita historia. Y menos mal que cambió el sistema de competición, porque eso de que se tuvieran que enfrentar entre ellos durante dos o tres rondas era sencillamente para preguntarle a la RFEF que pintaban los clubes de Segunda en la Copa.

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Ahora la Copa “mola”, pero solo para los modestos, los que tienen la oportunidad de cargarse a un Primera, aunque como se vio en el sorteo si te toca el Almería, pues ya mola un poco menos. El caso es que solo cuando llega al Alcorcón, el Toledo o el Alcoyano y se carga al Real Madrid o vienen el Figueres, el Novelda o la Gramanet y se carga al Barcelona. O aparece un Albacete en Segunda B y se funde al Atlético de Madrid de Manzano, algo de lo que todavía tienen que valorar los aficionados rojiblancos porque fue el detonante de la llegada del Cholo Simeone, para vivir, sin lugar a dudas, la etapa más relevante del equipo colchonero en su historia.

Pero para el Albacete en Segunda, la Copa solo sirve para tener que hacer un largo desplazamiento, desgastar a sus jugadores y, si acaso dar una alegría en un momento un tanto delicado, pero confirme está la trayectoria del equipo lo suyo sería recuperarse bien del partido en Huesca y pensar en ganar este sábado al Elche para romper definitivamente la mala racha, lo que en cierto modo se cortó con un empate en el que, al menos, se mantuvo la portería a cero.

Mal momento pues para la Copa, porque si el Terrassa hace la proeza de eliminar a un equipo de dos categorías superior, los fantasmas de Halloween volverán al Belmonte. Ya costó el año pasado superar al Huétor Tájar, al que se tuvo que doblegar en la prórroga. Y total, para qué, para tener que jugar otra vez entre semana y si toca otro rival de inferior categoría hacer otro viaje. Pero claro, como queda tan mal caer eliminado a las primeras de cambio, hay que jugar y además tratar de pasar la eliminatoria, que al menos puede suponer un buen rendimiento económico para el club, aunque para ello sería necesario pasar varias rondas.

Albés rezará para que no se lesione ningún jugador de su corta plantilla y aprovechará para darle minutos a los canteranos y así lo comentó en la previa del encuentro, en la que llegó a confirmar que Luis Roldán será titular, quizás con algún otro compañero de los cuatro que viajan junto al grueso de la plantilla (Roldán, Neco, Vargas y Capi), porque tampoco está la cosa como para darle descanso a los que más carga llevan en este primer tercio de la temporada. Lo normal es que Albés aproveche para darle minutos a los menos habituales. Incluso habría sido un buen momento para ver a alguno de los porteros del filial.

Enfrente estará un Terrassa para el que obviamente es un día de fiesta. Pero la fiesta es más por lo que puede pasar que por lo que pasa, es decir, porque lo que quieren es pasar la eliminatoria a ver si en la siguiente les toca el Barcelona o el Real Madrid. El equipo catalán tuvo su mejor momento en los inicios del siglo XXI, cuando anduvo un par de campañas por Segunda, donde precisamente coincidió con el Albacete de César Ferrando, el que ascendió a Primera División.

Ahora están en Segunda RFEF y al menos en las últimas jornadas, tras el relevo en el banquillo, han espabilado, quizás por la ilusión copera, porque cuando fue el sorteo estaban hundidos en la tabla y ahora están en la mitad, en la décima plaza, tras conseguir dos victorias y dos empates.

Por seguir con nuestro esquema habitual de previas incluimos en esta las alineaciones iniciales probables de cada equipo. Eso sí, ya avisamos que esta vez cualquier parecido con la realidad será una absoluta carambola, sobre todo en lo que respecta al once blanco.

El colegiado designado por el Comité Técnico de Árbitros para la dirección de este encuentro es el valenciano de 33 años Andrés Fuentes Molina que vuelve a verse las caras con el Albacete tras su nefasta actuación en el Tenerife – Albacete de la quinta jornada liguera en donde además de decretar una polémica pena máxima a favor de los isleños anuló, incomprensiblemente y VAR mediante, un gol legal al conjunto blanco.

Además de este encuentro y del inolvidable “riazorazo”, Fuentes Molina dirigió en otras tres ocasiones más al Albacete hasta sumar un total de cinco: dos en Segunda División, dos en Primera RFEF y la mencionada de la promoción de ascenso ante el Deportivo de la Coruña. El balance final es de dos victorias blancas, un empate y otras dos derrotas, ambas en los dos últimos encuentros dirigidos ante el Tenerife.

Por su parte Fuentes Molina nunca dirigió al Terrassa F.C. en competición oficial.

El balear Víctor Jiménez Yustos y el valenciano Carlos Martínez Caballero serán los árbitros asistentes mientras que, en la banda, como cuarto colegiado, estará otro valenciano más: Álvaro Cánovas García-Villarrubia.

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